
Sugerencias:
Al bueno de Damian Lazarus le ha salido un álbum que se corresponde a un prototipo, concretamente al de los productores de música electrónica que, a la hora de realizar un larga duración, apuesta por renovarse un poco, optando por seguir otra estela que no haga del disco una sucesión de singles, sino algo con coherencia y, sino tienes una historia que contar, al menos hacerlo diverso y digerible para ese público ajeno a las pistas de baile (o para los que solemos bailar pero queremos algo más del artista) al que se suele orientar. Y la jugada ha resultado, desde hace un par de meses conocíamos el adelanto en forma de un Moment que despistaba, por ese inicio a lo nana psicodélica con voz quejumbrosa de fondo y después ese fundido perfecto con el beat que casa su vocación pop con el house lánguido de últimas horas. Un gran tema que sirve para que después Memory Box entre a la perfección, con su toque electro que hará las delicias en todos los clubs y esa chulería que tanto gusta. Pero sigue el despiste con un Come And Play con voz femenina al frente que la lleva a un terreno cercano al de Leila, con esa electrónica enferma que parece de juguete, y un Diamond In The Dark con guitarra, harmónica y un toque nocturno y una vuelta de orientación al pop, algo parecido a lo que ocurre con Neverending, donde se acerca más al pop desenfadado y electrónico de gente como Röyksopp. Lullabies nos lo devuelve algo más centrado en lo que veníamos escuchando de él, un tema de techno que se asemeja tanto en construcción como en lo que transmite a los de Laurent Garnier, con esos desarrollos que buscan las subidas graduales y ese coqueteo con el house y el electro. Y se despide con un After Rave Delight que suena algo a ese shoegazer-pop de los últimos Air, tras otros temas en los cuales sigue jugando al despiste pero creando melodías y ambientes que tras varias escuchas logran atrapar. Un disco algo difícil de digerir, pero que mejora con la exposición al sol. La del disco y la del que lo escucha mientras lo escucha, claro.