Tracklist 01. Droids - Tchoung fou 02. Kraftwerk - Transistor 03. John Carpenter - Up the wall (airforce # 1) bso escape from new york 04. To Rococo Rot - Kabine 05. Franco Battiato - Una cellula 06. Lasers - Orion 07. A Flock of Seagulls - Space age love song 08. Ultravox - We came to dance 09. A Gap Between - Glamour city 10. Naked Eyes - Voices in my head 11. No Crass - Gloves 12. Puffernutter - Space age 13. Pseudo Echo - Walk away 14. New Order - Denial |
Ya es julio y eso quiere decir que acaba de salir el nuevo álbum de Fernando Lagreca en Irregular: Childhood Is All We Have (parafraseando a Antoine de Saint-Exupery o igual mejor a Charles Baudelaire, quiere decir algo así como que tu patria es tu infancia). Un mes raro para sacar disco este julio. La estrategia editorial recomienda dejarlo pasar hasta septiembre. O mejor hasta noviembre que entonces tiene más posibilidades de entrar en lo mejor del año. “Como estoy implicado en la gestión del sello no quería barrarle el paso a otros artistas que también van a sacar álbum este año, así que preferí dar un paso al costado para que mi disco se publicara en un mes como julio que es algo incómodo porque por ejemplo ya no llegas a los festivales de verano que ahora son tan importantes para el posterior éxito de un trabajo. Todo sello tiene su lógica interna en el manejo de fechas”, me comenta el productor uruguayo en una terraza de la Diagonal en un punto intermedio entre su casa y la mía. El disco, en cambio, se fraguó en el solsticio opuesto, concretamente durante cuatro domingos de enero “y a mitad de febrero ya lo tenía masterizado y casi listo”. Aunque la manera de hacer de Fernando se empezó a pergeñar hace un poco más de un lustro cuando empuñó por primera vez su guitarra: “Siempre digo que hubo un punto de inflexión en la composición de mis temas cuando me compré una guitarra. Yo en los 90 no escuchaba música con guitarras a excepción de unos pocos como Joy Division y Bauhaus y cosas así más dark. Estaba anclado en el techno de los 80. No fue hasta mediados de la década pasada que me regalaron una guitarra MIDI de la marca Yamaha. Era un poco juguete pero a los seis meses me aficioné y me compré una más consistente. Todos los tracks cantados los arranco en plan campamento con la guitarra. Siempre dio que si la melodía funciona con la guitarra es que vas por buen camino. ¿Si tiendo a cargar mis temas? Puede ser”. Entonces hablamos sobre el posible barroquismo de Latinoamérica que no acaba de convencer a Lagreca que como ya he dejado dicho es uruguayo de nacimiento (“Cuando yo hacía ambient igual era más barroco que ahora. Este disco que presento ahora parece que está más cargado de lo que realmente está. La canción que tiene más pistas contando arreglos no llega a las 16 pistas. Sólo que metas cuatro sintes a la vez…”). Me recalca que este es el primer disco en el que ha utilizado su MPC.
Y Childhood Is All We Have es también el primero en el que Fernando ha echado mano de su infancia (con esos 40 años asomando ya los colmillos). Un recuerdo que como un resorte se estimula para darnos cobijo casi de manera natural cuando llega el invierno. En el podcast por tanto no pueden faltar fetiches de otros tiempos como (atención que va spoiler) Franco Battiato: “Tengo una tía que me lleva unos 14 años. Cuando era pequeño pasaba mucho tiempo con ella. Ella tenía por entonces unos 18. Me cuidaba bastante, era súper guapa, estaba fascinado con ella que además era muy moderna. Intercambiaba muchos discos con las amigas, sobretodo cosas de los 60s como Creedence o The Beatles. Hubo un momento que se peleó con una de sus mejores amigas que era una fascinada de los discos y muchos se quedaron en una habitación porque esta no vino a buscarlos. Entre esos discos había uno de Battiato que me maravilló una vez fui capaz de poder ponerlo en un giradiscos. La banda sonora de Escape from New York de John Carpenter también me remite a la infancia”. Y entonces la charla se nos va en hablar de los primeros productores camuflados al estilo el ingeniero y productor rumano Michael Cretú que en los 80 consiguió gran popularidad con proyectos “enmascarados” como Enigma y con su protegida y esposa, Sandra Cretú. “Estuve a punto de meter aquel Maria Magdalena de Sandra que también se escuchó mucho en mi país pero no me encajaba por el minutaje del propio tema. Era súper comercial pero tenía una producción muy buena. Yo estaba obsesionado con el sampler con el que se abría el tema, aquel que parecía una fanfarria… Eran tracks que no se escuchaban en las discotecas pero sí que se pasaban por la radio”. Entonces algo se activa en el cerebro de Fernando. La nostalgia de aquellos cumpleaños de las niñas de quince años, la conocida como puesta de largo, que se celebraban por todo lo alto en países de Latinoamérica como Uruguay y Argentina: “En aquella época se estilaba celebrar ese tipo de fiestas en la propia casa de la homenajeada. A unos amigos y a mí nos contrataban para que fuéramos con el equipo a casa de esas chicas para poner música. Íbamos a una disquería que traía cosas de importación que traían cosas en vinilos muy caros. Ellos mismos tenían un servicio en el que grababan esos mismos discos en cassette. Nos íbamos con unas diez cintas para allá y elegíamos la música que queríamos llevarnos. Y así de semana en semana nos hacíamos con álbumes enteros de new romantic, italo disco y cosas así que poníamos en esas fiestas. Entonces íbamos sólo a las fiestas de chicas a las que les gustara esa música. Lo que era muy loco es que era norma que en algún momento de aquellas fiestas la chica bailara el vals con el padre y los primos”. Algunos de esos temas que han pasado la prueba del tiempo sonarán en el podcast que tienes más abajo. El vals lo dejamos para cuando vuelva el rigor del invierno y haya que agarrarse a alguien de nuevo.