Sugerencias:
Las raves han generado una buena cantidad de bandas inglesas. Famosos son los encuentros entre los miembros de The Chemical Brothers en algunas de esas fiestas gratuitas perdidas ''in the middle of nowhere''. En la historia de otra de las grandes bandas de los noventas, The Prodigy también fue muy importante la carretera de Essex en Londres donde se conocieron los dos cerebros de la banda, Keith Flint y Leeroy Thornil. Ellos son los creadores de una de las bandas más influyentes de los últimos años, no tanto por su carácter renovador si no por llegar a las masas de tal forma que guitarras y bases electrónicas ya no se soltaron de las manos en las listas de ventas de todo el mundo. XL Recordings les permitió grabar su primer single fue What Evil Lurks, poco antes de producir su primer éxito Charly, que siguen siendo unos himnos para toda una generación. Más tarde conocieron a Maxim Reality, un MC con tablas que les ayudó a confeccionar un directo en el que los riffs de guitarra y las bases hardcore completaban un directo algo hueco pero efectivo. De hecho muchos de sus admiradores se quedan con sus dos primeros álbumes, The Experience y Music for the Jilted Generation, que fue donde permanecieron fieles al sonido rave de sirenas. Su tercer álbum The Fat of the Land fue el disco que les lanzó a la fama y a las portadas de las revistas de tendencias que en este caso llegaron tarde. Aún así, el disco contaba con temas magnéticos como Firestarter o Smack My Bitch Up ayudados inteligentemente en la promoción por vídeos asombrosos como el realizado por Jonas Ackerland para este último hit. Leeroy dejó el grupo en el año 2000 y cuatro años más tarde por fin se decidieron a sacar un nuevo L.P., Always Outnumbered, Never Outgunned con el que definitivamente perdían el favor de su público inicial. Por lo menos el disco los devolvía a las carreteras y a los escenarios, de donde nunca debieron salir.