Sugerencias:
¿Es tan importante la música electrónica como para que alguien le dedique toda su vida? En el caso de Edgar de Ramon la pregunta ofende. Este joven dj y productor catalán lleva más de 20 años felizmente inmerso en las lides de los sonidos ideados, producidos y soñados para hacernos bailar. Fue un DJ precoz –criado entre vinilos de Kraftwerk, Sindcops y Laurent Garnier en su Amposta natal- supo gestionar desde muy temprano el buen gusto sonoro familiar para convertirlo, poco a poco, como selector sonoro y mezclador en un sonido personal pero siempre transferible… sobre todo a los que disfrutan sin cortapisas en una pista de baile. Más tarde supo formarse académicamente en Barcelona -como ingeniero de sonido- y allí mismo empezar a relacionarse -desde diferentes ámbitos profesionales- con el mejor clubbing de la ciudad condal y producir sus primeros temas entre los que destacó el EP ‘Intuitions’ que publicó Mindshake, sello de Paco Osuna, y que recibió el apoyo de Richie Hawtin o Marco Carola, entre otros grandes del techno mundial.
Desde ese preciso momento la progresión de la carrera discográfica nacional e internacional de Edgar de Ramón ha sido constante, apasionada y fulgurante. Sellos del prestigio, exigencia y relevancia de Trapez, Kiara Records, Inmotion Music o Suara, entre otros, han publicado sus temas y remixes con gran aceptación entre el público underground que goza con un techno futurista, emocionante y sexy, con evidente ascendente house y ácido, dotado de fundamento, alto octanaje y alta efectividad en el dancefloor.
Paralelamente como DJ ha sabido ir alicatando un fascinante saber hacer en cabina –basado en una técnica sin mancha, una adecuada e intuitiva selección y un diestro sentido de la sesión- que le ha llevado compartir cartel con los DJS más importantes del mundo en clubs de referencia como Watergate, Nocturnal, Florida135, Barraca, Row o Club4, entre muchos otros. Desde 2015 es el ideador, gestor y alma de Tutu, su propia plataforma discográfica y de expresión cultural en general con fines sociales y éticos.
Edgar de Ramón, seriedad y oficio electrónico al servicio de un talento casi innato y en constante progresión.
