Biografía
La carrera sonora de este melómano natural -que vino hace casi una
década desde Udine a tierras mediterráneas para mostrarnos sin
manierismos, ni alardes como la música electrónica contemporánea puede
y debe basar sus postulados más seminales en la pista como espacio
mayúsculo para la expresión y el placer- se podría definir de una forma
aparentemente sencilla y con sus propias palabras: Me gustan los
ritmos que de alguna forma arrancan el movimiento, el baile.
Partiendo de un concepto ideal de la pulsión -tan necesario como
celebrado a la hora del desarrollo de sus proyectos sonoros- el
espectro de estilos sintéticos y orgánicos a los que se enfrenta Alex
Tirelli cuando idea/conduce una sesión o produce un tema son tan
amplios y escogidos como ecléctico es su sentido del disfrute sónico.
Hablar de su estilo oscila entre el tech-house avant, el techno de
alto octanaje y la electrónica melódica con alma, etc- sirve solamente
para dar unas vagas pistas acerca de lo que este italiano de largos
dedos bien educados y mirada directa y avispada puede desarrollar en un
set frente a un público al que -como a los bpms- nunca pierde de vista.
Tirelli es un dj incorformista, sus altas exigencias personales siempre
le han ayudado a exprimir sin desmayos, ni otras consideraciones
físicas- el tiempo que ha dedicado a la música, su gran vocación y
veneno.
Compartir esas emociones convertidas en sonidos es algo fundamental
para Alex Tirelli como dj y ser humano
Una de las principales virtudes de Tirelli en cabina siempre ha sido
-además de su diestro manejo de la maquinaria tecnológica mas avant- su
natural dominio del tempo y una especial capacidad para entender lo que
la propia sesión precisa para, si es preciso, en un beat poder cambiar
sus registros en una búsqueda permanente e inteligente de ese pellizco
emocional que siempre se producen en sus desarrollos musicales.
Potencia adiestrada con buenas artes tech. Además su ingente abanico de
conocimiento sobre estilos como el rock, el jazz, soul, etc ha supuesto
para él un extra a la hora de entender, localizar y desarrollar su
actual léxico sonoro.
Otro de sus afanes creativos mencionables es que el público logre a
través de su música alcanzar un especial estadio de placer y compromiso
con lo que gracias a un certero bombo o una melodía adecuada le está
llevando a lugares íntimos tan felices como posiblemente desconocidos.
Tirelli es dj desde los 15 años, le avalan casi 20 años de ingente
recorrido musical que comenzó con un disco de Eddie Grand comprado en
una tienda de su Udine natal a la edad de 10 años. Sus primeros
escarceos en cabina vinieron de la mano del rock de los primeros 90
para ya en breve y mientras descubría las excelencias del soul o el
jazz- empezar a acercarse tímidamente al mundo de los ritmos a través
del house americano, eso sí el menos comercial y contestarario. Tras
empaparse de los tempos y charles del estilo bastardo parido en Chicago
su inquietud y afán de aprendizaje le empezó a mover a estilos
electrónicos más cercanos al tech-house, electro y techno en una
evolución natural y necesaria. Paralelamente encontró atractivo en
sonidos más undergrounds caso del dub, el drama, los breaks, etc. Es en
esos momentos cuando su vida da un giro de 90 grados trayéndole a
España, lugar donde se quedaría durante una larga temporada que aún
dura y que tantas satisfacciones musicales le procuró al principio del
desembarco en el Levante más sureño. En aquellos momentos clubs del
tallaje electrónico de On, Metrodanceclub, Club Camelot, Divine Club o
THC rápidamente requirieron sus servicios y residencias al comprobar
como aquel recién llegado traía en su maleta -además de buenos vinilos-
una actitud y apostura ante el tech-house inédita por vocación y deseo
propio.
En aquellos momentos la prensa especializada también fijó sus
ojos en su apuesta y por eso los críticos electrónicos dela página web
del programa de Tele5 Nosolomusica lo elevaron hasta el primer puesto
en el Ranking de los mejores djs del año 2003. La tibia luz del
amanecer alicantino acompañó a Tirelli en muchos de sus encuentros con
los Technics 1200 y los principales dancefloors levantinos, son muchos
los que recuerdan aquellas citas noctívagas con verdadera emoción.
Tras
aquellos años de auténtica explosión socio-musical su paso por
diferentes clubs y festivales de países como Bélgica, Suiza e Italia
han ido alicatando un estilo y una personalidad muy marcada y genuina
que siempre le destacará como un tecnócrata cercano, inteligente y muy
especial.
En la actualidad -tras pasar una temporada trabajando como promotor y
dj residente de su propio club en Torrevieja, el siempre recordado
Akelarre por el que han pasado los mejores selectores de la zona- Alex
Tirelli se encuentra en un momento de introspección y maduración
artística en la que, además de aprovechar para trabajar en sus
producciones -caso de Profondo y Old Dogs editados en el sello
Dulcenoise y tal y cual, algunas de ellas facturadas junto con el
productor francés Nicholas Wood - está definiendo el que en muy breve
lapso de tiempo será la vuelta a la palestra digital de uno de las
apuestas eléctricas más honestas, talentosos y lúcidas que se han
paseado por este país en los últimos años.
Paralelamente su salto a lo
digital ya es una realidad y viene fundamentado por una razón
inteligente ajena a tanto romanticismo vinilero no voy a renunciar a
los adelantos técnicos que me pueden ayudar a que mis sesiones sean
mejores. Alex Tirelli es un trabajador incansable, un aventurero en
busca perenne de un espacio sonoro inédito en el que disfrutar
bailando, soñando y olvidando lo terreno... lo digital al servicio de
lo humano.